La región frente a un gran desafío: Alcanzar los ODS en tiempos de COVID: La Cooperación Internacional Sur-Sur, ¿sigue siendo una herramienta válida?

 Por Yuliana Herrera y Eugenia D’Angelo

En reconocimiento a la Cooperación Sur-Sur como parte importante de la cooperación internacional para el desarrollo, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 12 de septiembre como “Día de las Naciones Unidas para la Cooperación Sur-Sur” conmemorando así la fecha de 1978 en que la que se aprobó el Plan de Acción de Buenos Aires (PABA), un hito fundamental en la historia de la cooperación técnica entre los países en desarrollo.

Para el desarrollo de la CSS resultan primordiales los principios de respeto de la soberanía nacional, autoría e independencia nacional, igualdad, no dependencia, no interferencia en los asuntos internos y de beneficios mutuos. La cooperación Sur-Sur pone de manifiesto la solidaridad existente entre los pueblos y países del Sur, contribuyendo a su bienestar y autosuficiencia nacional y colectiva y al logro de los objetivos de desarrollo acordados internacionalmente, incluidos en la Agenda 2030 (Asamblea General ONU, 2006).

Foto: iStock

Si bien es una herramienta relativamente nueva, en el campo de las relaciones internacionales y diálogos multiactor, lo cierto es que hoy en día se encuentra atravesando una de las más duras pruebas desde sus inicios, al ponerse en jaque los espacios de integración político-regional, dejando al descubierto las consecuencias de faltas de respuestas pensadas de manera coordinada para hacer frente a una situación que nos afecta a nivel global, como es la crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus Covid-19.

A 42 años de la aprobación del Plan de Acción de Buenos Aires, que selló el consenso para promover y ejecutar la cooperación técnica entre países en desarrollo (Secretaría General Iberoamericana, 2017), cabe preguntarse

“¿Qué papel cumple la Cooperación Sur–Sur para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en un contexto de crisis?”

La emergencia sanitaria mundial y su consecuente crisis socioeconómica, amenazan los paradigmas tradicionales de la cooperación internacional y obligan a los Estados a ser solidarios para afrontar los desafíos existentes y cumplir con los objetivos planteados (Calvo, 2020). En ese sentido, Cooperación Sur-Sur puede ser una respuesta ya que una de sus características -que incluso la diferencia de la tradicional cooperación Norte-Sur- es la búsqueda de afinidades ideológicas y culturales, que se mezclan con cuestiones estratégicas, comerciales y solidarias brindando soluciones creativas a sus problemas. Además, tiene como uno de sus motores, el fortalecimiento de la región a los fines de ampliar la autonomía de poder de negociación de la misma frente a los países centrales (Lechini, 2015, p. 115).

La realidad planteada, nos enfrenta como sociedad a iniciar la búsqueda de un nuevo estilo de desarrollo y una nueva agenda de políticas, frente al reclamo –particularmente en nuestra región- por combatir las desigualdades y la destrucción al medio ambiente. La Agenda 2030 aúna dos estrategias convergentes: por un lado, la agenda del desarrollo humano y por otro, las agenda con las cuatro dimensiones del desarrollo sostenible: desarrollo económico, inclusión social, sostenibilidad ambiental y buena gobernanza (Tezanos Vázquez, 2019, p. 10).

Asumiendo la emergencia sanitaria actual, la cooperación entre los actores del Sur, es de vital importancia. Así ha sido comprendido por los diferentes actores internacionales, ya que, a pesar de la falta de coordinación inicial, y de las lagunas dejadas por los mecanismos de integración regional, han sido numerosos los países que han llevado a cabo acciones positivas tendientes a cercar el avance del virus para aminorar su impacto, demandando una inmediata colaboración de otros países socios del Sur. 

¿Y ahora qué? 

Aún se desconoce cómo será el escenario mundial más allá de la pandemia actual, sin embargo, si no damos un giro de timón, seguirán existiendo las grandes vulneraciones a los derechos humanos de las poblaciones marginadas, la deficiencia en la salud materna y reproductiva, la desigualdad de género, el aumento de violencias, la escasez del empleo pleno y productivo -especialmente para las mujeres y los/las jóvenes-, el ritmo alarmante de la deforestación mundial, y la desaceleración generalizada del progreso en los países menos adelantados (ONU, 2015. Pág. 6).

La pandemia producida por el coronavirus COVID-19 ha puesto en evidencia que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) difícilmente serán alcanzados en diez años, como estaba previsto. La CEPAL ya ha anunciado que el resultado de los meses de pandemia para el 2020, será el aumento de la pobreza extrema (de alrededor del 13,3%), la desnutrición infantil, el desempleo, el aumento de los gases de efecto invernadero, y la caída del PBI de más del 3%, entre otros. (CEPAL, 2020, p. 27 y 46).

A nivel geopolítico, se intensificó la disputa China-Estados Unidos; la Unión Europea demostró una vez más que urge su reconfiguración, y en América Latina se evidenció la importancia de haber sostenido espacios de integración regional como la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas), ya que a pesar de su corta vida, tenía experiencia en hacer frente a problemas comunes, desde la solidaridad y la cooperación internacional. El Mercosur, por su parte, ni siquiera es mencionado por analistas o investigadores/as. Solo Centroamérica, a través del SICA ha sido capaz de dar respuestas regionales a sus países, ya que su conducción no se encuentra atada a representaciones presidenciales-partidarias.

Este replanteamiento de las relaciones de poder y de la geopolítica, puso sobre la mesa el interrogante sobre los tipos de desarrollo que queremos impulsar, sus consecuencias catastróficas para humanos y no humanos, y el rol de la cooperación internacional al desarrollo; dejando una vez más de manifiesto que utilizar la renta media de los países como índice para la recepción de ayuda, está lejos de ser un indicador eficiente para direccionar la misma hacia los países necesitados. 

En este nuevo escenario, la cooperación Sur-Sur y Triangular, han sabido tejer respuestas interesantes, generando lazos y puentes entre gobiernos locales, y centrales de diferentes países, culturas y posiciones políticas, pero con el Norte común de la preocupación por la situación sanitaria global.

Algunas conclusiones, y la invitación a seguir pensando:

Ante la magnitud de las consecuencias que dejará la pandemia actual, la acción colectiva en nuestra región debe considerarse una prioridad. Siguiendo a la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, se requieren pactos en sectores estratégicos y prioritarios, que deben incluir los nuevos desafíos impuestos por la actual crisis mundial, y estableciendo un eje en la igualdad y cohesión social (CEPAL, 2020).

Es necesaria una respuesta colectiva y participativa, capaz de representar las diversidad de las necesidades existentes en nuestras sociedades. Los programas y proyectos destinados a dar respuestas a la agenda de género, deben seguir siendo un tema central para el desarrollo de las comunidades y los países, sobre todo porque aún son escasas las iniciativas dirigidas a ofrecer protección social y empoderamiento económico a las mujeres, por ejemplo. La cooperación Sur-Sur debe llevar a la identificación y el intercambio de prácticas óptimas, contribuir a superar las brechas existentes e impulsar enfoques normativos más robustos en lo que atañe a la igualdad de género (UNOSSC, 2018, p. 113).

Además, es primordial a nivel regional, generar políticas que reduzcan los efectos del cambio climático, que ha quedado relegado en este contexto de emergencia sanitaria. La CSS, representará un papel importante en la creación de alianzas para conectar a los Estados involucrados y asegurar a la ciudadanía el derecho humano a un ambiente sano, combatiendo el cambio climático y alcanzando un desarrollo sostenible a corto plazo, sin comprometer delicadamente nuestros recursos naturales y humanos (Mazzola, 2020 y CEPAL, 2020).  

Para poder garantizar la coherencia de las acciones que deben emprenderse, es necesario que las tareas en curso sean revisadas a nivel nacional pero también global. El aporte de la colaboración de la cooperación Sur-Sur a la Agenda 2030 dependerá en gran medida de la forma en la que los diversos actores que están en juego puedan trabajar juntos, pensando soluciones innovadoras y con impacto no solo en la región sino también al interior de sus territorios.

Muchos son los desafíos y poco el tiempo que resta para llegar al 2030. La pandemia, puede ser una buena excusa para reflexionar sobre el tipo de desarrollo que queremos alcanzar, y resignificar el rol de la cooperación internacional en esta búsqueda por no dejar a nadie atrás. 

De hecho, esta pandemia ha puesto de manifiesto una vez más que de los problemas globales no podremos salir individualmente, sino que necesitamos del esfuerzo compartido, comprometido y solidario. Es el momento de colaborar cada quien desde sus espacios en amplificar voces de pueblos originarios y mujeres, en virtud de la capacidad largamente demostrada por hacer frente a catástrofes naturales, por su respeto y comunión con los recursos naturales, y por su capacidad de resiliencia. 

“Necesitamos fortalecer las democracias y las instituciones a través de un nuevo nuevo pacto social y ambiental, construido desde la participación ciudadana completa y diversa del Sur Global”.

Referencias:

[1] Oficina de las Naciones Unidas para la Cooperación Sur-Sur (2018). Buenas Prácticas en la Cooperación Sur-Sur y Triangular para el Desarrollo Sostenible – Volumen 2. Nueva York, Estados Unidos. Organización de las Naciones Unidas. Recuperado de: https://drive.google.com/file/d/1NUPdm1bgjgB7mnRtWEROwiamuMn9vHev/view

[2] Recuperado de: https://www.un.org/es/observances/south-south-cooperation-day#:~:text=La%20Cooperaci%C3%B3n%20Sur%2DSur%20es,2030%20para%20el%20Desarrollo%20Sostenible.

[3] Asamblea General (2006). 60/212 Cooperación Sur-Sur. Sexagésimo período de sesiones  A/RES/60/212. Nueva York, Estados Unidos. Organización de las Naciones Unidas. Recuperado de: https://undocs.org/SP/A/RES/60/212

[4] Secretaría General Iberoamericana (2017). Hacia los 40 años del Plan de Acción de Buenos Aires: perspectivas renovadas para la cooperación sur-sur en Iberoamérica. Programa Iberoamericano para el fortalecimiento de la cooperación Sur-Sur. Recuperado de: https://www.un.org/ecosoc/sites/www.un.org.ecosoc/files/files/en/dcf/Capitulo%20I%20-%20Informe%20de%20la%20CSS%20en%20Iberoamerica%202017-%20ESPANOL.pdf

[5] Calvo, S. (2020). La Cooperación al desarrollo en la era de la COVID-2019. UNIR Revista.España. Universidad Nacional de La Rioja. Recuperado de: https://www.unir.net/ciencias-sociales/revista/noticias/cooperacion-desarrollo-covid/549205070836/

 [6] Lechini, Gladys Teresita; Morasso, Carla; La cooperación Sur-Sur en el Siglo XXI: Reflexiones desde América Latina; Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales; Anuario de la Integración Regional de América Latina y el Caribe; 11; 3-2015; 114-133.

[7] Tezanos Vázquez, Sergio. América Latina y el Caribe en la Agenda 2030. Hacia una clasificación del desarrollo sostenible compatible con los ODS y el “desarrollo en transición”. Documentos de trabajo. Fundación Carolina 5/2019. Recuperado de: https://repositorio.unican.es/xmlui/bitstream/handle/10902/18257/AmericaLatinaY.pdf?sequence=3&isAllowed

[8] Asamblea General de las Naciones Unidas. Nueva York. 2015. Memoria del Secretario General sobre la labor de la Organización. Recuperado de https://undocs.org/es/A/70/1 en fecha 30.VII.2020.

[9] Marchiori Buss, P. y Tobar, S. (2020). La COVID-19 y las oportunidades de cooperación internacional en salud. Cadernos de Saúde Pública. Río de Jainero,  Brasil. Recuperado de: https://www.scielo.br/pdf/csp/v36n4/1678-4464-csp-36-04-e00066920.pdf

[10] CEPAL (2020) Pandemia del COVID-19 pone en riesgo la integralidad de la Agenda 2030 debido al dispar avance de los ODS, advierte Alicia Bárcena. Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Organización de las Naciones Unidas. Recuperado de: https://www.cepal.org/es/noticias/pandemia-covid-19-pone-riesgo-la-integralidad-la-agenda-2030-debido-al-dispar-avance-ods

[11] Mazzola, R. (2020) Pobreza y desigualdades en un mundo en crisis: ¿la oportunidad para la Cooperación Sur-Sur?. Ámbito. Recuperado de: https://www.ambito.com/opiniones/pobreza/y-desigualdades-un-mundo-crisis-la-oportunidad-la-cooperacion-sur-sur-n5095956

Un comentario en “La región frente a un gran desafío: Alcanzar los ODS en tiempos de COVID: La Cooperación Internacional Sur-Sur, ¿sigue siendo una herramienta válida?

  1. José Alsina Alcobert

    La sociedad globalizada está ante un gran desafío, entre otros el de fortalecer las instituciones democráticas, con un nuevo pacto social reivindicativo de los derechos individuales y colectivos.

Responder a José Alsina Alcobert Cancelar respuesta