Avances y desafíos de las mujeres con discapacidad en América Latina

Por Lic. Janeth Chávez

Activista y Defensora de Derechos de Mujeres con Discapacidad

La defensa por los derechos del sector con discapacidad inició a finales de los años 60s en Estados Unidos, luego fue extendiéndose hasta Latinoamérica, en donde a esta fecha ya existen muchas organizaciones de y para personas con discapacidad que luchan porque se revindiquen sus derechos.

Sin embargo, y a pesar de que existen muchas leyes y convenios internacionales, que protegen los derechos del sector, la realidad es que no se cumplen, la sociedad latinoamericana aún considera que tener una discapacidad es sinónimo de una enfermedad, ya que se continúa visualizando a dicho sector como personas que no tienen la capacidad de aportar a la sociedad, cuando la realidad es que, si se cuenta con las adecuaciones necesarias dentro de un entorno accesible, el potencial de ellas se vería reflejado, ya que es la sociedad en la que viven las que las limita, y no su discapacidad como se cree.

Según un estudio de la Organización Mundial de la salud del año 20111, se estima que en existen más de 1000 millones de personas con algún tipo de discapacidad a nivel mundial, también nos dice que en los países donde existen índices de violencia o accidentes de tránsito o que han tenido un conflicto de guerra, este porcentaje puede incrementarse y llegar a ser de un 15% de su población y que por ende tendría una discapacidad.

El Informe mundial sobre la discapacidad de la OMS expresa que: la discapacidad afecta de manera desproporcionada a las poblaciones vulnerables, y entre las poblaciones vulnerables están las mujeres, lo que refleja que una mujer con discapacidad es más vulnerable en comparación con una que no la tiene.

Si bien es cierto han existido avances en materia de discapacidad, la realidad es que para mujeres con discapacidad estos son mínimos, a pesar que la defensa por los derechos de las mujeres sin discapacidad inició en la década de los años 20s en latinoamerica2,  para mujeres que tienen una discapacidad no es igual, aún y teniendo el derecho que le otorga la Convención sobre los derechos para las personas con discapacidad3 y su protocolo facultativo de las Naciones Unidas firmada en el año 2006 por más de 178 países a nivel mundial y que en su artículo N.6, y las leyes o tratados a nivel internacionales relacionadas a las mujeres, sin embargo, este derecho no se cumple, ya que a la mujer con discapacidad se le discrimina por múltiples formas, ejemplo de ello por ser mujer, por tener una discapacidad4, por ser pobre, etc., la sociedad las limita e invisibiliza, y no le permite desarrollarse plenamente, de manera independiente y con autonomía propia.

Prueba de ello es que muchas de las investigaciones que se realizan por organizaciones nacionales o internacionales en pro de la defensa de las mujeres, nunca incluyen el Ítem “tiene discapacidad”, “tipo de discapacidad”, el cual muestra que no se está sectorializando a los diferentes grupos, y que refleja la realidad que se vive en pleno siglo XXI en temas de inclusión.

Esto también se ve reflejado en cada una de las áreas en las que se ve excluidas a las mujeres con discapacidad, el acceso a la educación, al trabajo, a formar una familia, tener accesibilidad en el transporte, en la comunicación, áreas recreativas, deportivas, arte y cultura, salud, etc.

Sin embargo, es imposible no mencionar que gracias al ardúo trabajo que las organizaciones de y para personas con discapacidad realizan creando en sus proyectos espacios de empoderamiento para ellas, están generando conciencia, lo que está motivando a que muchas mujeres con discapacidad retomen sus estudios, busquen una oportunidad laboral, sean partícipes de las diferentes actividades en sus comunidades, y sobre todo se involucren en la defensa por los derechos de más mujeres, continúen aprendiendo sobre sus derechos, y tengan autonomía propia.

En relación al acceso laboral existen avances  como la apertura de organismos internaciones destacando el trabajo que han realizado mujeres con discapacidad como Ana Peláez5, española, mujer ciega de nacimiento, experta internacional y que está dentro del comité de la CEDAW, Pamela Molina6, chilena, mujer sorda-hablante, especialista en discapacidad de la sección de grupos vulnerables del departamento de inclusión social de OEA y Natalia Farías7, uruguaya, mujer con discapacidad física, experta internacional y presidenta del IIDI, esto demuestra que la inclusión es posible y que las mujeres con discapacidad también tienen potencial, sin embargo, muchas empresas en países latinoamericanos aún no brindan oportunidades laborales reales, ya que prefieren pagar una multa según lo establece la ley o normativa de su país, porque el estado no garantiza un cumplimento pleno de las leyes que las protegen8, y cuando se otorga un trabajo a mujeres con discapacidad, estas tienen menos oportunidades de obtener un empleo acorde a su capacidad en comparación a los hombres con discapacidad.

Natalia Farías
Fuente: Instituto Interamericano Sobre Discapacidad y Desarrollo Inclusivo

Aún existe en los países latinoamericanos desconocimiento sobre el marco jurídico nacional e internacional en materia de discapacidad, he allí la importancia del trabajo de las ONG que velan por el tema a nivel nacional como internacionales para que promuevan dichas leyes, y su lucha activa y constante se vea reflejado en los mínimos avances en temas de derechos e inclusión.

En el ámbito de salud, es importante mencionar que la mujer tiende a ser sobre-protegida por los padres o tutores, es necesario que se crea que las mujeres con discapacidad son asexuales y que esto cree la errónea idea que ellas no necesitan información sobre su salud y derechos sexuales y reproductivos o sobre las enfermedades de transmisión sexual, a ser esterilizadas forzosamente sin su consentimiento, a tener novio, esposo o hijos, o el disfrutar plenamente de su sexualidad, y las actitudes de la sociedad no contribuyen a cambiar los paradigmas existentes, es importante que las organizaciones que velan por los derechos sexuales y reproductivos, incorporen en sus proyectos la temática de la discapacidad, y se garantice el pleno derecho a la sexualidad sin importar su condición de discapacidad9, aún queda un largo camino por recorrer para hacer efectiva la realización plena de todos sus derechos.

En lo jurídico se debe reconocer a la mujer con discapacidad como persona y ciudadana de su país de origen, con toda la capacidad de ejercer sus derechos y ser protegida por el estado, el cual debe brindar la garantía de otorgar los apoyos que fueren necesarios para su desarrollo.

Falta mucho por cumplir por parte de los estados latinoamericanos, ya que no contemplan las leyes o tratados internacionales, al crear  leyes nacionales, la lengua de señas no es reconocida como un idioma en muchos países aún, el asistencialismo sigue haciéndose presente en las políticas públicas y debería ser enfocado en derechos, es importante que las mujeres con discapacidad sean parte de las políticas públicas, cada estado debe brindar espacios de participación para las mujeres con discapacidad, garantizando su inclusión y goce de sus derechos, las cuales deben Incluir su participación activa en el diseño de las soluciones.

Es importante que se deje de estigmatizar la discapacidad, porque siguen prevaleciendo las barreras socio culturales, las cuales no permiten el avance de las mujeres con discapacidad, la inclusión se debe construir socialmente en conjunto, para encontrar las capacidades que las mujeres tienen, para eso hay que derrumbar los muros que la sociedad impone, como el capacitismo, prácticas que la sociedad impone al no dar valor a la mujer como tal, y que la oprimen más si ella tiene una discapacidad.

Se debe coordinar y articular todas las iniciativas y buenas prácticas (jurídicas, académicas, investigativas, organizativas, políticas) que se desarrollen en los países latinoamericanos y trabajar en conjunto el tema, y sobre todo dejar de invisibilidad a la mujer solo porque tiene una discapacidad.

Es importante que las mujeres con discapacidad sean visualizadas como mujeres con potencial, y que tienen el poder y derecho sobre ellas mismas, que pueden contribuir a crear una sociedad inclusiva para todas, y que también pueden aportar al crecimiento económico del mismo.

Lograr la plena inclusión de las mujeres con discapacidad en todas las esferas de nuestras sociedades es un compromiso impostergable y en el cual se debe trabajar de manera conjunta para garantizar sus derechos, creando en los organismos nacionales e internacionales espacios que apoyen la inclusión de dichas mujeres.

“JUNTAS LO HAREMOS, INCLÚYEME”

Referencias:

  1. Informe mundial de la OMS, 2011: https://www.who.int/disabilities/world_report/2011/summary_es.pdf?ua=1
  2. Gloria Bonilla Vélez, 2007 file:///C:/Users/Janeth%20Chavez/Desktop/Dialnet-LaLuchaDeLasMujeresEnAmericaLatina-2979331.pdf
  3. https://www.ohchr.org/Documents/Publications/AdvocacyTool_sp.pdf
  4. Alejandra Prieto de la Rosa, 2013: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/249671/Discriminacionmultiplemujerescon.pdf
  5. https://www.observatoridiscapacitat.org/es/onu-cedaw-ana-pelaez
  6. https://oritel.org/oea/2018/05/21/hace-realidad-una-educacion-inclusiva-implica-un-cambio-que-rompa-con-la-naturalizacion-de-la-desigualdad/
  7. https://www.facebook.com/iiDienred/posts/4114169565319775?__tn__=K-R
  8. http://www.revistaespacios.com/a18v39n51/a18v39n51p03.pdf
  9. https://observatorioviolencia.org/la-violacion-de-los-derechos-reproductivos-y-sexuales-de-las-mujeres-con-discapacidad/

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