“Un niño, ante todo, es un niño independientemente de su condición de migrante”

Por Stéphanie Barros
Versión en Español y en Francés

Introducción

Después de la crisis sanitaria, este es sin duda el mayor desafío de los últimos meses para el continente americano. Casi 10,000 niños no acompañados fueron interceptados en la frontera norte de México en enero de 2021. Estos menores no acompañados forman el grupo vulnerable de niños migrantes. Por niño migrante nos referimos a todas las personas menores de 18 años que han abandonado su país de origen acompañadas de sus padres o solas. Estos últimos son colocados en lugares superpoblados, sin acceso a sus derechos básicos y en ocasiones son separados de sus padres cuando no viajan solos. Este fenómeno no es nuevo, pero en 2021 está alcanzando cifras récord. Debemos actuar contra esta situación humanitaria tan preocupante.

Por su posición geográfica, México se ha convertido en un espacio de origen, tránsito, destino, retorno, refugio y asilo de migrantes. Si a finales del siglo XX la migración que pasó por México para llegar a Estados Unidos con la esperanza de una vida mejor estaba compuesta principalmente por hombres, desde hace unos años los flujos migratorios también han sido compuestos por menores de edad y niños. .

En abril de 2021, Naciones Unidas señaló que el número de niños migrantes se disparó en los primeros tres meses de 2021, de 380 a 3,500 niños migrantes en México.

Estos niños migrantes provienen de México pero también de muchos países de Centroamérica como El Salvador, Honduras y Guatemala. Esta huida masiva de niños se explica por la presencia de violencia, pobreza pero también la falta de acceso a servicios sociales, educación o incluso la falta de oportunidades en sus países de origen. Las situaciones de los niños migrantes son muy diversas. De hecho, algunos viajan con sus familias, pero a veces son separados por las autoridades, otros viajan solos con la esperanza de reunirse con sus familias en los Estados Unidos.

Sin embargo, sea cual sea su situación migratoria, estos niños migrantes ocupan una posición vulnerable en materia de derechos y protección. De hecho, se ven enfrentados a situaciones que vulneran sus derechos, en particular por estar detenidos, expuestos al crimen organizado o a la trata de personas pero también a la violencia, la discriminación, el hambre, el frío y no tienen acceso a los servicios de salud. Todas estas situaciones tienen graves consecuencias para su salud mental y su bienestar a corto y largo plazo. Esta situación se ve agravada por la crisis sanitaria mundial del COVID-19.

Fuente: UNICEF México. Hay muchos niños entre los migrantes centroamericanos que caminan hacia Estados Unidos.

Esta foto fue tomada en Tapachulas, Chiapas, México.

Entre protección y control

Como demuestra Elisa Ortega Velásquez, los niños migrantes se encuentran en el centro de dos marcos legales opuestos, el de protección, en el marco internacional, y el de control, en el marco nacional.

A nivel internacional, se han puesto en marcha muchos mecanismos para asegurar la garantía de los derechos humanos de los niños migrantes para que no sufran su condición de migrantes porque son ante todo niños.

En este sentido, muchas convenciones o declaraciones como la Declaración de Derechos Humanos o la Convención sobre los Derechos del Niño establecen un marco para la protección de los derechos del niño. Como señala Elisa Ortega Velásquez, la Convención sobre los Derechos del Niño es sin duda el tratado internacional más completo en  materia de protección de los derechos del niño porque pretende proteger a todos los niños. En efecto, esta convención detalla una serie de derechos universales que los Estados deben garantizar a todos los niños presentes en su territorio, independientemente de su origen. La Convención se basa precisamente en cuatro principios fundamentales que son la no discriminación, el interés superior del niño, la supervivencia y el desarrollo del niño y finalmente el derecho del niño a ser escuchado en todos los procesos judiciales o administrativos.

Sin embargo, a nivel nacional, los Estados enfrentan el desafío de controlar la migración irregular y, por lo tanto, instituyen políticas restrictivas, particularmente en términos de acceso a los derechos sociales fundamentales de los niños, y basadas en la detención. Al instituir políticas cada vez más restrictivas y agresivas hacia estas poblaciones sin considerar un enfoque compatible con sus derechos como niños, los Estados están acentuando la situación de vulnerabilidad de estos niños migrantes. Además, existe una criminalización de su situación como migrante irregular que contribuye a los discursos legitimadores de los Estados de sus políticas de control y detención y que invisibiliza los problemas que enfrentan estas poblaciones vulnerables.

Así, mientras que el marco internacional exige el acceso al derecho a la educación o incluso a la salud, el marco nacional utiliza la detención y la deportación, dando prioridad a las políticas migratorias en lugar de garantizar y respetar los derechos humanos.

Sin embargo, si bien esta desconexión entre los estándares internacionales y las leyes nacionales ha sido predominante durante muchos años y continúa siendo así en muchas partes del mundo, en noviembre de 2020 México dio un gran paso adelante.

La reforma mexicana de noviembre de 2020: ¿una nueva era?

Como informan Fuentes Pérez y Gisela María, México ha firmado la Convención sobre los Derechos del Niño y, como todos los Estados signatarios, debe garantizar que todas las protecciones y estándares de la Convención se reflejan en la legislación nacional. En este sentido, México ha ratificado y adoptado muchas leyes como la Ley para la protección de niñas, niños y adolescentes, la Ley de Migración o la Ley de Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político que en noviembre de 2020 ha visto un punto de inflexión histórico. De hecho, estos dos últimos han visto reformados algunos de sus artículos con el fin de garantizar un respeto más efectivo a los derechos de los niños migrantes, en particular mediante la prohibición de la detención de niños migrantes. Así, parece que con la entrada en vigor de esta reforma, el Estado mexicano está cumpliendo con los diversos tratados y recomendaciones internacionales de los comités internacionales de derechos humanos y allana el camino para un mayor respeto de los derechos de los niños migrantes.

Al igual que Elisa Ortega Velásquez, creemos que los niños migrantes están expuestos a violaciones de sus derechos humanos porque las leyes y políticas nacionales se basan en un enfoque de control de la migración abandonando una  mirada compatible con la situación de estos niños migrantes. La reforma de noviembre de 2020 en las leyes mexicanas que introduce la prohibición de la detención de niños migrantes marca un paso importante en esta dirección.

El papel de UNICEF

De acuerdo con el derecho internacional, UNICEF insta a todos los gobiernos a garantizar que los niños migrantes tengan acceso a los procedimientos de asilo independientemente de cómo ingresaron al país. Además, UNICEF pide que las familias migrantes no sean separadas, como es el caso en particular después de la detención de los padres. Esta separación familiar puede tener consecuencias dramáticas en la salud mental, a corto y largo plazo, de los niños migrantes. Por último, UNICEF insta a los gobiernos a abordar las causas fundamentales de la migración para que la migración deje de ser una necesidad.

A su propio nivel, para luchar contra la violación de los derechos de estos niños migrantes, UNICEF ha propuesto varias respuestas.

Conclusión

Si bien podemos observar avances en materia de protección de los derechos humanos, es evidente que aún no existe una aplicación sistemática de las leyes y políticas nacionales para proteger el acceso de los niños migrantes a sus derechos fundamentales. Así, si bien los estándares internacionales son una herramienta importante que otorga derechos a los niños migrantes, es fundamental que las leyes nacionales brinden garantías más integrales de estos derechos, como lo ha hecho México recientemente. Serán un medio directo, rápido y eficaz que puede generar cambios significativos para estos niños migrantes. Los estándares internacionales otorgan derechos que los estados deben garantizar mediante la reforma de sus leyes a través de un enfoque intersectorial.

En marzo de 2021, la Agencia de la ONU para los Refugiados y UNICEF lanzaron el proyecto de Promoción global de mejores prácticas para niñas, niños y adolescentes en situación de migración que tiene como objetivo fortalecer las estructuras de acogida y protección de niños y adolescentes en situación de movilidad humana en México pero también en El Salvador y Sudáfrica. Este proyecto se enmarca en la cooperación Sur-Sur y supone un intercambio de conocimientos y buenas prácticas que, esperamos, dé sus frutos en la garantía y el respeto de los derechos humanos de los niños migrantes que han sido violados durante demasiado tiempo.

VERSIÓN EN FRANCÉS

“Un enfant est, avant tout, un enfant quel que soit son statut de migrant.

Introduction 

Après la crise sanitaire, c’est certainement le plus gros défi de ces derniers mois pour le continent américain. Près de 10 000 enfants seuls ont été interceptés à la frontière nord mexicaine en janvier 2021. Ces mineurs isolés forment le groupe vulnérable des enfants migrants. Par enfant migrant, nous désignons toutes les personnes de moins de 18 ans qui ont quitté leur pays d’origine accompagnées de leurs parents ou seuls. Ces derniers sont placés dans des lieux surpeuplés, sans accès à leurs droits fondamentaux et sont parfois séparés de leurs parents lorsqu’ils ne voyagent pas seuls. Ce phénomène n’est pas nouveau mais il atteint en 2021 des chiffres records. Il faut agir contre cette situation humanitaire des plus inquiétantes.

Par sa position géographique, le Mexique est devenu un espace d’origine, de transit, de destination, de retour ou encore de refuge et d’asile pour les migrants. Si à la fin du XXème siècle, la migration qui passait par le Mexique pour parvenir aux États-Unis dans l’espoir d’une vie meilleure était essentiellement composée d’hommes, depuis quelques années maintenant, les flux migratoires se composent également de mineurs et d’enfants.  

En avril 2021, les Nations Unies relèvent que le nombre d’enfants migrants est monté en flèche au cours des trois premiers mois de l’année 2021 passant de 380 à 3500 enfants migrants présents au Mexique. 

Ces enfants migrants sont originaires du Mexique mais aussi pour beaucoup des pays d’Amérique centrale tels que le Salvador, le Honduras ou encore le Guatemala. Cette fuite massive d’enfants s’explique par la présence de la violence, de la pauvreté mais aussi de l’absence d’accès aux services sociaux, à l’éducation ou encore au manque d’opportunités dans leurs pays d’origine. Les situations des enfants migrants sont très diverses. En effet, certains voyagent avec leurs familles, mais s’en voit parfois séparés par les autorités, d’autres encore voyagent seuls dans l’espoir de rejoindre leurs familles déjà présentes aux États-Unis. 

Cependant, quelle que soit leur situation migratoire, ces enfants migrants occupent une position vulnérable en termes de droits et de protection. De fait, ils se retrouvent confrontés à des situations qui bafouent leurs droits notamment car ils sont détenus, exposés au crime organisé ou encore à la traite d’être humains mais aussi à la violence, la discrimination, la faim, le froid et n’ont pas accès aux services de soins. Toutes ces situations ont de graves conséquences sur leur santé mentale et leur bien-être sur le court et long terme. Cette situation est aggravée par la crise sanitaire mondiale de la COVID-19. 

Entre la protection et le contrôle

Comme le démontre Elisa Ortega Velásquez, les enfants migrants se trouvent au centre de deux cadres juridiques opposés à savoir celui de la protection, dans le cadre international, et du contrôle, dans le cadre national. 

Au niveau international, de nombreux dispositifs ont été mis en place afin d’assurer la garantie des droits humains des enfants migrants pour qu’ils ne pâtissent pas de leur condition de migrant car ils sont avant tout des enfants. 

En ce sens, de nombreuses conventions ou déclarations telles que la Déclaration des droits de l’homme ou encore la Convention internationale des droits de l’enfant instaurent un cadre de protection pour les droits des enfants. Comme le relève Elisa Ortega Velásquez, la Convention internationale des droits de l’enfant est certainement le traité international le plus complet sur le sujet en termes de protection des droits des enfants car il entend protéger tous les enfants. En effet, cette convention détaille une série de droits universels que doivent garantir les États à tous les enfants présents sur leur territoire peu importe leur origine. La Convention repose précisément sur quatre principes fondamentaux que sont la non discrimination, l’intérêt premier de l’enfant, la survie et le développement de l’enfant et enfin le droit de l’enfant à être entendu dans toutes les procédures judiciaires ou administratives.

Toutefois, au niveau national, les États se trouvent confrontés au défi de contrôle de la migration irrégulière et instaurent donc des politiques à caractère restrictif, et ce notamment au niveau de l’accès aux droits sociaux fondamentaux des enfants, et basées sur les détentions. En instaurant des politiques toujours plus restrictives et agressives à l’égard de ces populations sans penser une approche compatible avec leurs droits en tant qu’enfants, les États accentuent la situation de vulnérabilité de ces enfants migrants. De plus, il y a une criminalisation de leur situation de migrant irrégulier qui participe aux discours de légitimation des États de leurs politiques de contrôle et de détention et qui invisibilise les problèmes que rencontrent ces populations vulnérables. 

Ainsi, alors que le cadre international appelle à l’accès au droit à l’éducation ou encore à la santé, le cadre national use de la détention et de la déportation donnant ainsi la priorité aux politiques de migration plutôt qu’à la garantie et au respect des droits humains. 

Nonobstant, si ce décalage entre normes internationales et législations nationales a été prédominant durant de nombreuses années et continue à l’être dans de nombreuses régions du monde, en novembre 2020, le Mexique a fait un grand pas en avant. 

La réforme mexicaine de novembre 2020 : une nouvelle ère ? 

Comme en font état Fuentes Pérez et Gisela María, le Mexique a signé la Convention sur les droits des enfants et se doit, comme tous les États signataires, de garantir que toutes les protections et normes de la Convention soient représentées dans la législation nationale. En ce sens, le Mexique a ratifié et adopté de nombreuses lois telles que la Loi pour la protection des enfants et des adolescents, la Loi sur les migrations ou encore la Loi sur les réfugiés, la protection complémentaire et l’asile politique qui en novembre 2020 ont connu un tournant historique. De fait, ces deux dernières voient certains de leurs articles réformés afin de garantir plus efficacement le respect des droits des enfants migrants notamment en interdisant la détention d’enfants migrants. Il semble donc qu’avec l’entrée en vigueur de cette réforme, l’État mexicain se conforme aux différents traités internationaux et recommandations des comités internationaux des droits de l’homme et ouvre la voie à un meilleur respect des droits enfants migrants. 

Tout comme Elisa Ortega Velásquez, nous croyons que les enfants migrants sont exposés à des violation de leurs droits humains car les lois et les politiques nationales s’appuient sur une approche basée sur le contrôle de la migration délaissant une approche compatible avec le statut de ces enfants migrants. La réforme de novembre 2020 dans les lois mexicaines introduisant l’interdiction de détention d’enfants migrants marque une grande avancée en ce sens. 

Le rôle d’UNICEF 

Conformément au droit international, UNICEF appelle tous les gouvernements à faire en sorte que les enfants migrants aient accès aux procédures d’asiles quelle que soit la manière dont ils sont entrés dans le pays. Aussi, UNICEF demande que les familles migrantes ne soient pas séparées comme cela est le cas notamment à la suite des détentions des parents. Cette séparation familiale peut avoir des conséquences dramatiques sur le mental, à court et long terme, des enfants migrants. Enfin, UNICEF exhorte les gouvernements à s’attaquer aux causes profondes des migrations afin que la migration ne soit plus une nécessité. 

À son échelle, afin de lutter contre la violation des droits de ces enfants migrants, UNICEF a proposé plusieurs réponses. 

Conclusion 

En définitive, même si nous pouvons observer des progrès en termes de protection des droits de l’homme, il est évident qu’il n’y a pas encore d’application systématique des lois et politiques nationales pour protéger l’accès des enfants migrants à leurs droits fondamentaux. Ainsi, bien que les normes internationales soient un outil important qui accordent des droits aux enfants migrants, il est essentiel que les législations nationales offrent des garanties plus complètes de ces droits comme l’a fait récemment le Mexique. Elles seront un moyen direct, rapide et efficace pouvant provoquer des changements significatifs pour ces enfants migrants. Les normes internationales accordent des droits que les États doivent garantir en réformant leurs lois par une approche intersectorielle. 
En mars 2021, l’Agence de l’ONU pour les réfugiés et UNICEF ont lancé le projet Promotion mondiale des meilleures pratiques pour les filles, les garçons et les adolescents en situation de migration qui vise à renforcer les structures d’accueil et de protection des enfants et des adolescents en situation de mobilité humaine au Mexique mais aussi au Salvador et en Afrique du Sud. Ce projet s’inscrit dans le cadre d’une coopération Sud-Sud et implique un échange de connaissances et de bonnes pratiques qui, nous l’espérons, portera ses fruits pour garantir et respecter les droits humains des enfants migrants trop longtemps bafoués.

Bibliografía / Bibliographie 

Fuentes, G. M. P. (2014). La protección de los niños migrantes en México : Una falacia. Barataria: revista castellano-manchega de ciencias sociales, 17, 97‑108.

Velázquez, E. O. (2015). Los niños migrantes irregulares y sus derechos humanos en la práctica europea y americana : Entre el control y la protección. Boletín Mexicano de Derecho Comparado, 142 (enero-abril ), 185‑221.

Entrada en vigor de las reformas a favor de la niñez y adolescencia migrante, solicitante de asilo y refugiada : “Avance histórico en materia de derechos”. (s. d.). Consulté 11 mai 2021, à l’adresse https://www.unicef.org/mexico/comunicados-prensa/entrada-en-vigor-de-las-reformas-favor-de-la-ni%C3%B1ez-y-adolescencia-migrante

Migración de niñas, niños y adolescentes. (s. d.). Consulté 10 mai 2021, à l’adresse https://www.unicef.org/mexico/migraci%C3%B3n-de-ni%C3%B1as-ni%C3%B1os-y-adolescentes

Se dispara el número de niños migrantes en México durante los tres primeros meses de 2021. (2021, avril 20). Noticias ONU. https://news.un.org/es/story/2021/04/1491052

Sobre la situación de los niños migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos. (s. d.). Consulté 10 mai 2021, à l’adresse https://www.unicef.org/lac/comunicados-prensa/sobre-la-situaci%C3%B3n-de-los-ni%C3%B1os-migrantes-en-la-frontera-entre-m%C3%A9xico-y-estados

Una nueva iniciativa protegerá a los niños en México de los peligros de la migración. (2021, mars 19). Noticias ONU. https://news.un.org/es/story/2021/03/1489772

UNICEF France. (s. d.). UNICEF France. Consulté 10 mai 2021, à l’adresse https://www.unicef.fr/

USA : Joe Biden confronté à l’afflux d’enfants migrants à la frontière mexicaine. (s. d.). RTL.fr. Consulté 10 mai 2021, à l’adresse https://www.rtl.fr/actu/international/etats-unis-joe-biden-confronte-a-l-afflux-d-enfants-migrants-a-la-frontiere-mexicaine-7900008782

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