Cuando pensamos, hablamos y debatimos sobre feminismos en ocasiones no tenemos muy presente diversos colectivos que pertenecen al movimiento feminista, en este caso: las mujeres rurales, campesinas y originarias.
Las mujeres que se identifican con dicho grupo cargan consigo una trayectoria de lucha particular, que adquiere características diferentes a otros colectivos feministas. Poder reconstruir, a grandes rasgos, esta trayectoria de luchas supone recuperar territorios, proteger espacios de vida y trabajo, alcanzar alianzas políticas para garantizar derechos y conquistar espacios para hacer valer su voz y lo que tienen para decir. Sin embargo, su lucha por estos objetivos se teje día a día, y aún falta mucho que cambiar.
Estas mujeres representan una imagen viva de aquellas transformaciones que aún tienen que suceder para lograr un mundo más igualitario y equitativo. Por eso considero importante presentar ciertas cuestiones que hacen a la cotidianeidad, lucha y empoderamiento de aquellas mujeres rurales, campesinas y originarias, que pertenecen a la Región de América Latina y el Caribe y especialmente en el territorio argentino, lugar desde donde estamos en la actualidad, desarrollando el proyecto “Atlas de Guardianas de Abya Yala”.
Interseccionalidades, complejizando la realidad:
Las mujeres que se identifican como rurales, no solo sufren aquellas violencias de género por su condición de mujer, sino que al hecho de ser mujeres se le agrega la característica de pertenecer a un sector de la sociedad excluido históricamente, por lo tanto, su lucha se complejiza. En América Latina este colectivo se identifica por su diversidad expresada principalmente en dos puntos: En primer lugar, el hecho de que el reconocimiento de aquellas mujeres que pertenecen al colectivo de mujeres rurales implica visibilizar la heterogeneidad de cuerpxs que lo comprende: mujeres campesinas, originarias, criollas y afrodescendientes. En segundo lugar, se caracterizan por las actividades que desarrollan, tales como, agricultura, recolección, interrelaciones culturares y territoriales, asalariadas y también actividades no agrícolas.
En los últimos años se ha incrementado el número de mujeres jefas de parcelas, a cargo de dirigir las diversas actividades que se realizan en los territorios (tal es el caso de Chile y Perú, por ejemplo). De este modo, se produce lo que se denomina “feminización de la agricultura”, en relación a la fuerte incidencia de la mujer rural en las actividades económicas y como jefas. Si bien esto se presenta como una gran conquista del colectivo en la región, no hay que perder de vista el hecho de que estas mujeres pertenecen a un sector de la sociedad que ha sido invisibilizado históricamente, particularmente en lo concerniente a sus luchas y conquistas de diversas índoles, como es el caso del reconocimiento de sus saberes ancestrales, sus formas de producción y trabajo cooperativo, entre otros.
La realidad en Argentina:
En Argentina la población de mujeres rurales adquiere mayor peso en Cuyo, el NOA y el NEA (según el último censo), siendo fundamental su rol para el desarrollo del país. Las mujeres rurales contribuyen al sustento económico de sus familias a partir de las actividades productivas que realizan, pero las tareas de cuidado, domésticas y atención a hijxs y familiares también recaen sobre las mujeres de estos sectores.
Las mujeres rurales e indígenas, transitan su cotidianeidad en condiciones particulares ya que en su mayoría viven en territorios aislados, con escasez de infraestructura y medios de transporte. Sin duda este panorama dificulta y complejiza el acceso a muchos servicios como, educación, salud y la información y protección frente a las violencias de género es limitado.
Por otro lado, las mujeres rurales luchan día a día por el reconocimiento de sus tierras, por el valor de su trabajo (invisibilizado para el sector agropecuario), por participar en la toma de decisiones y para obtener mejores condiciones de vida ya que presentan dificultades para acceder a recursos naturales y económico (tales como el agua, el control de sus tierras, capacitaciones y recursos tecnológicos). Estas limitaciones se traducen en desventajas concretas: sobrecarga de tareas, escasa o nula autonomía económica, falta de valoración respecto a su contribución a la producción, entre otras.
A su vez las principales problemáticas que atraviesan la realidad de las mujeres rurales argentinas son: expansión de la frontera agropecuaria, desmontes masivos, degradación del territorio contaminación de las tierras y los recursos hídricos. Esta realidad afecta no sólo a las mujeres rurales, sino que también atraviesa su historia, impactando en todxs lxs miembrxs de las comunidades.
Algunas conclusiones:
Se hace evidente que, las mujeres rurales e indígenas son creadoras y sostenedoras de vida. A pesar de las diversas circunstancias que atraviesan, construyen, promueven y refuerzan su empoderamiento, fortaleciéndose en lo singular y colectivo. Algunas de las principales estrategias que utilizan para comenzar a generar transformaciones, es hacer escuchar y valer sus voces y opiniones a partir de la organización de espacios de sociabilización, la participación como colectivo en los Encuentro de Mujeres Nacionales y Regionales y el trabajo en red que realizan con otras organizaciones para potenciar sus reclamos.
Sin dudas, aquellas mujeres que se identifican como rurales, campesinas y originarias son un ejemplo de lucha y resistencia, trascendiendo con sus acciones a las necesidades de sus comunidades: defendiendo y protegiendo el ambiente nos enseñan como sociedades el camino a seguir.
Es por esto que creo que formar parte de estos espacios de escritura permite aportar al reconocimiento de las Mujeres Rurales, de sus luchas y sus reclamos e invita a pensar en posibles futuras estrategias que potencien el rol de este colectivo dentro del movimiento feminista y en la sociedad, especialmente pensando en un mundo post-pandemia.
Bibliografía:
- III Encuentro Mundial: “Relatos con palabras y silencios del Gran Chaco Americano”. Año 2016.
- NOBRE, Miriam; HORA Karla (2017. Atlas de la Mujer Rural en América Latina y el Caribe. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Santiago de Chile.
- NORES Adela (2018). Mujer rural, nuevas voces. Argentina. Editorial Autores de Argentina.
- Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Plataforma de Territorios Inteligentes. “Si se cumplieran los derechos de las mujeres rurales se podría producir entre un 20% y un 30% más de alimentos en el mundo”. Año 2016.
- “Mujeres Rurales”. Women 20. Argentina 2018. Recuperado de: http://w20argentina.com/wp-content/uploads/2018/05/Mujeres-Rurales.pdf