Redacción: Carolina Trogliero – Equipo del Mapa Latinoamericano de Feminicidios
En 2024, al menos 4.854 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 17 países de América Latina y el Caribe1. Esto equivale a 13 feminicidios por día; es decir, al menos 1 feminicidio cada 2 horas. Sin embargo, esta cifra es solo un piso y no un techo. Muchos casos no son publicados de inmediato, y algunos países aún no cuentan con la información del año completo.

A lo largo de 2024, se registraron en promedio 404 feminicidios por mes. Septiembre fue el mes con más casos reportados (444), febrero fue el mes con menos casos registrados (354).
En comparación con 2023, la cantidad de feminicidios aumentó ligeramente de 4.599 a 4.8232. Este incremento evidencia la persistencia de la violencia machista y la falta de efectividad de las políticas públicas de prevención. La ineficacia de las estrategias actuales exige una reforma urgente para fortalecer la protección de mujeres y niñas.
Gráfico 1: Cantidad de feminicidios en América Latina y el Caribe. Comparativo año completo 2023 y 2024
Mujeres jóvenes, las más vulnerables a la violencia machista
De las 4.854 víctimas de feminicidios documentados en 2024, se conoce la edad del 81.9% de los casos. La víctima más joven tenía menos de un año y la más adulta 94 años, con una edad promedio de 34 años. La mayoría de las víctimas (1.287) tenía entre 25 y 36 años, representando el 32% de los casos donde se conoce la edad. Además, este valor supera el 46% si se consideran las víctimas de entre 37 y 45 años (802). Es decir, casi 5 de cada 10 víctimas tenían entre 25 y 45 años de edad al momento del feminicidio.
Otras víctimas directas del feminicidio
Es necesario leer estos datos sabiendo que la violencia machista en el seno de las relaciones de pareja no solo destruye la vida de las mujeres, sino también a las infancias que quedan atrapadas en este contexto de agresión y sufrimiento. Durante el 2024 al menos 1.177 mujeres con hijas/os/es menores a su cargo fueron víctimas de feminicidios, dejando al menos 2.225 niñes huérfanes. Estas cifras podrían ser mayores ya que en 2.766 casos (57% del total) no contamos con información sobre esta variable.

El círculo íntimo como principal amenaza
De los 4323 feminicidios registrados durante 2024 en los 17 países de Latinoamérica, en el 70% de los mismos se publicó cuál era la relación entre la víctima y el feminicida, en el 30% restante se desconoce dicha información. De los 3059 feminicidios para los que se conoce la relación entre víctima y agresor, el 63,5% de las mujeres fueron asesinadas por una pareja o expareja (1937). Si se consideran los agresores que conocían a la víctima por ser familiares directos (7,5%), familiares por afiliación (4,0%) o personas conocidas (8,7%), esta cifra asciende al 83,5%. Es decir, casi 8 de cada 10 feminicidios fueron cometidos por personas cercanas o conocidas por la víctima.
Cómo nos matan
En relación a la modalidad e instrumento del crimen, se conoce dicha información para el 92% de los casos (3980). Las cuatro principales modalidades mediante las cuales se cometieron los feminicidios fueron: el uso de arma de fuego (34%), el uso de arma blanca (32%), por asfixia (17%) y por golpes (6%).
En las víctimas que fueron asesinadas por su pareja o expareja prevalece el uso de arma blanca como instrumento del crimen (44%). Esta modalidad para cometer los feminicidios fue también la más empleada por victimarios que eran familiares directos (47%) o por afiliación (38%).
La disponibilidad de información sobre denuncias previas de la víctima contra su agresor, crucial para entender un posible historial de violencia, es notablemente insuficiente. Para casi el 50% (2142 casos) de los incidentes, esta información se encuentra sin confirmar o desconocida. En los 2181 feminicidios con datos verificados, se revela que en el 13% de los casos el agresor había sido denunciado previamente. Esto implica que, al menos, 1 de cada 8 feminicidios podría haber sido prevenido. La evidencia sugiere que, en estos casos, las autoridades de justicia conocían de las amenazas y violencia machista que enfrentaban las víctimas; pero, lamentablemente, no tomaron las medidas adecuadas o las acciones que se llevaron a cabo resultaron ser insuficientes. Este contexto revela una falla sistemática en la implementación de estrategias efectivas para proteger a las niñas y mujeres y la necesidad de una profunda revisión de los protocolos judiciales y de seguridad.
La urgencia de abordar la violencia machista
Los datos son contundentes: la violencia machista sigue arrebatando vidas en América Latina y el Caribe sin que las políticas públicas logren frenar esta crisis. La ausencia de medidas efectivas de prevención, protección y sanción perpetúa la impunidad y condena a miles de mujeres a un destino evitable.
Es momento de que los gobiernos asuman su responsabilidad y refuercen sus compromisos internacionales con estrategias reales, integrales y con enfoque de género. La vida de las mujeres no puede seguir siendo un número en un informe.
Notas:
- Países considerados en el análisis: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela. Para todos los países se cuenta con información de año completo exceptuando: Guatemala (enero-nov), Honduras y Perú (ene-oct), Colombia (enero-julio) y Nicaragua (ene-junio). ↩︎
- Se excluye del análisis comparativo a El Salvador, dado que se cuentan con datos territoriales del país a partir del año 2024. ↩︎