Por: Gora Ofuentes, Travo no binario Kinky Neurodivergente – Integrante del Monitor Marielle Franco
En 1987, la activista Gloria Anzaldúa escribió en su libro La Frontera (capitulo 5) “como amansar una lengua salvaje”. Las siguientes poderosas palabras, de las que me hago eco en lenguaje prohibido: “DeslenguadEs, somos lEs del español deficiente. Tu pesadilla lingüística, tu aberración lingüística, tu mestizaje lingüístico, el motivo de tu burla. Por hablar con lenguas de fuego nos crucifican culturalmente. Racialmente, culturalmente y lingüísticamente somos huerfanEs- hablamos una lengua huérfana (… ). Entonces, habla mal de mi lengua si realmente quieres lastimarme. La identidad étnica es la segunda piel de la identidad lingüística -yo soy mi lengua-.“ Terrorismo lingüístico / 1987.
Lunes 25 de febrero a la mañana, Argentina: queda prohibido en el ámbito de las comunicaciones de las Fuerzas Armadas utilizar la letra -e en reemplazo de las -a y -o, con posibilidad de sanción en el caso de no respetarlo.
Tres días más tarde, miércoles 27 de febrero: Queda prohibido para la totalidad de la administración pública de la Nación, la utilización del lenguaje inclusivo y “todo lo referido a la perspectiva de género” argumentando que, entre otras ignominias: “Una lengua, un cuerpo lingüístico, no puede inventarse o reinventarse conscientemente de la noche a la mañana. No pueden reemplazarse las letras a y o, que diferencian el género, con la arroba, el asterisco, la e o la x porque se tiene la voluntad de hacerlo en contra del androcentrismo o de reflejar con ello una realidad sociopolítica. Esa sustitución es ajena a la Morfología del español e innecesaria, pues el masculino genérico o masculino gramatical ya es inclusivo, ya cumple esa función como término no marcado de la oposición de género” (Resolución 160/24 del Ministerio de Defensa)”.
Ahora bien, mucho enredo conceptual y estrategia de gobernabilidad basada en un sicariato de género. Pero, ¿qué implica para nosotres esta prohibición que sabe a ofensiva? ¿Realmente piensan que solo nos afecta a nosotres? ¿Qué nos dicen sus desnutridos argumentos? ¿Cómo seguimos?
En el 2017, en Argentina, se emitieron disposiciones habilitantes del lenguaje inclusivo en algunas facultades y universidades. En el 2021 se presentó un proyecto de ley nacional cuyo objeto era garantizar el derecho al uso del lenguaje inclusivo en ámbitos públicos y se sancionó el decreto que incorporó la posibilidad de optar por la X en la documentación registral nacional e internacional. Todo este avance en materia de garantía de derechos se cuece por la lucha colectiva de la comunidad, pero sobre todo por la resistencia de aquelles que hemos desistido de los parámetros de corporalidad o subjetividad binarios y su división sexual.
El lenguaje inclusivo nació del activismo, en las calles, en los barrios, en las asambleas. En espacios creados por y para nosotres, trans/travestis/nb/putes/tortxs/mostris, en donde nunca nos ha hecho falta habilitación alguna. Así como nos organizamos cada 7, 8 de marzo, cada 28 de junio y cada vez que tenemos que salir a exigir justicia por otra muerte a manos de un Estado del sicariato sexo-genérico. El lenguaje inclusivo se moldeó en las calles como cualquier praxis performática de nuestras existencias. Por más presas que fueran las travas por llevar un top a plena luz del día, igual se elegían los mejores outfits.
Nuestro cotidiano implica el incumplimiento reiterado de la Ley Nacional de Identidad de Género y sobre todo del Art. 12, en absolutamente cualquier área gubernamental e institucional en donde se debe fomentar el reconocimiento y el respeto de la identidad de género de cada persona. La tendencia no estaría siendo el trato digno, “oh casualidad” coincide con el no re/conocimiento de nuestras necesidades.
Es infinitamente más posible encontrar clases de shibari con cupo trans, que acceder a cualquier universidad estatal. El estado no contempla a la comunidad TTNB ni a su situación económica. En general, no tienen en cuenta el riesgo subjetivo que puede suponer rellenar el formulario de inscripción de una universidad por ejemplo sin perspectiva de género —se siente como firmar un contrato donde sabes que vas a ser maltratade y malnombrade por los próximos 6 años. Aún hay currículas académicas de las carreras de grado como medicina o psicología que siguen patologizando y criminalizando a la comunidad.
Hay mas bares, bibliotecas populares, espacios culturales, asociaciones de barrio con baños sin género que establecimientos estatales. Espacios que además están cargados de vigilantes sexogenéricos autoconvocados.
El gobierno de Javier Milei viene a expropiar el mismísimo tejido social construido desde las bases de nuestras realidades. Trata de prohibir lo que no tiene dueño, intenta amansar una lengua salvaje. Este proyecto de presidencia propone sancionar lo dinámico del lenguaje en un contexto donde mi población no supera la esperanza de vida del medioevo. Estamos en situación de emergencia, la marca de género a la que refiere la rae —en minúscula— es el sesgo que limita quienes sí y quienes no tienen alguna garantía constitucional mínimamente garantizada.